La hidrosiembra es una técnica de restauración del paisaje, creación de suelo y revegetación. Está indicada para la recuperación de grandes superficies de elevada pendiente, terrenos poco consolidados y espacios inaccesibles para maquinaria convencional, terrenos en su mayoría desmineralizados.

Consiste en la proyección en el terreno a tratar mediante cañón, de una mezcla homogénea de agua, semilla, estabilizantes de suelos, fijadores, fertilizantes orgánicos e inorgánicos y mulch. Será el camión-hidrosembradora el encargado de la realización de esta técnica que consta de una cuba capaz de homogeneizar la mezcla en el interior mediante bastidores y una bomba que la proyecta a través de un cañón a gran presión al lugar de aplicación.

La técnica de la hidrosiembra nace de sembrar precisamente aquellas zonas que no son accesibles a la siembra convencional, evitando labores en el terreno; así como un reparto homogéneo de la semilla y rapidez en la aplicación.

El objetivo de la hidrosiembra es el control y la prevención de la erosión del paisaje, ya que se consigue la estabilización del terreno favoreciendo la revegetación.

La hidrosiembra germina a los pocos días siempre que las condiciones climatológicas no sean adversas. La humedad del terreno es fundamental, con lo que deberá realizarse en otoño (época idónea) o primavera.

Cuando el talud tiene una pendiente fuerte se deben utilizar medios que revistan el talud y sujeten la mezcla y el suelo, como mallas o redes.